La obra de teatro interactiva Etorkizulan intenta hacer un símil entre la posapocalipsis y el mundo laboral como dos terrenos en los que se han de tomar decisiones
Patricio ORTIZ
Imagínate, por un momento, que la humanidad, tal y como la conocemos, ha desaparecido. Imagínate que estás solo en el mundo y todo cuanto creías tener ya no existe. De pronto, llegas a un lugar en el que dos tribus enfrentadas te incitan a unirte a ellos. La de la tierra y la del agua. Los primeros conocen cómo hacer crecer las cosechas, y los segundos cómo potabilizar el agua del mar. Pero ninguno sabe el secreto del otro. ¿Eliges morirte de hambre o morirte de sed?
Así comienza la experiencia que pudimos vivir el martes 27 de octubre en el Aula Magna del Campus de Leioa, gracias al grupo de teatro que organizó Etorkizulan, apoyados por el grupo de apoyo al emprendimiento Zitek.
Los asistentes, que nos dividimos en esos dos grandes grupos (Ur y Lur) desde el comienzo del teatro, fuimos recorriendo todas las entrañas del Aula Magna, ambientadas en un mundo posapocalíptico en el que cada tribu tenía sus cuartos secretos, sus salas de operaciones y sus templos. Según explorábamos todo el montaje, los misterios de este mundo iban cobrando sentido poco a poco hasta que el espectáculo acabó por desembocar en el conflicto directo entre ambos grupos. Y, como no podía ser de otra manera, acabó haciéndose el arte de la guerra.
Porque habíamos venido a jugar.
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